JÓVENES REMENDONES
La mayor honra, reconocer la labor mutua de papás e hijos.
NO lo podemos negar, cuando somos jovencitos,
comenzamos a distanciarnos de nuestros papás para comenzar nuestras propias
andaduras, deseando madurar. Pero, la honra que brindamos a nuestros papás es
muy tenida en cuenta por Dios al momento de llamarnos a prestar un servicio
para él. No importa la posición o rango que sustentemos en la familia, que
seamos una familia dispuesta, es posiblemente, primordial.
“Pasando de allí un poco más adelante, vio a
Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que
remendaban las redes”
Marcos 1. 19 RV60
Boanerges, es decir, hijos del trueno, este fue
el apodo que Jesucristo les puso a Jacobo y Juan, pues, la gente de cierta
población no se dispuso a escuchar el mensaje de la salvación, entonces ellos pidieron
autorización para destruir aquella ciudad; sin embargo y posiblemente por su
acción y decisión de trabajar como remendones de las redes de pescar fue lo que
llamó la atención al Maestro. Estos jóvenes con un oficio claro y con una buena
posición social y económica, de igual manera que Pedro y Andrés, no dudaron ni
un solo segundo seguir a Jesucristo.
“Y luego los llamó; y dejando a su padre
Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron”
Marcos 1. 20 RV60
Jacobo y Juan, empezaron desde abajo en el negocio
familiar, limpiando y remendando las redes, de la misma manera, para llegar a
ser apóstoles de Jesucristo, debieron primero que todo, tomar la decisión de
seguirlo. Segundo, abandonaron el futuro prometedor en el negocio familiar,
porque a diferencia de Pedro y Andrés, Zebedeo contaba con personal de apoyo
en la barca, dando a entender que no era pequeña, sino con una gran eslora y
poder hacer muchas capturas. A pesar de no dudarlo ni un solo segundo, ellos contaron
con la bendición y beneplácito de su papá, el cual no les exigió ni reclamó al
momento de dejarlo.
Servir a Dios, es estar dispuesto a todo, pero
sin dejar de honrar a papá y mamá, desde luego, nada tiene que ver con
deshonrar a nuestros hijos o familia, pues de nada sirve, estar dispuestos a
pagar incendios en casas ajenas cuando la nuestra se está quemando.
JÓVENES REMENDONES
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