Devocionales de Alfonso Gomez Plaza: DEVOCIONAL CRISTIANO

PREDICA EN TU TIERRA

Parece que el futuro de Dios depende entre comillas del testimonio de la iglesia local. J.J. Tamayo.

AYER comenzamos hablar de la importancia de predicar el Evangelio de Cristo, esto indudablemente nos conducirá a tener que hacerlo en nuestro espacio geográfico: casa, trabajo, universidad, ciudad o país de origen; sin embargo, también comenté que los primeros en exigirnos, serán todos aquellos que por un momento, les dimos un inadecuado ejemplo: nuestras familias nos reclamarán los desplantes y desprecios, pero está en nosotros tener la capacidad de humildad y reconocer el error para utilizarlo como eje de transmisión que en Dios, nuestras mentes, pueden ser transformadas en favor de la Mente de Cristo y actuar conforme a ella.

“Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa”

Marcos 6. 4 RV60

Las personas que hoy están alejadas de Dios están cansadas de los grandilocuentes discursos desde un pulpito lleno de mentiras y religiosidad. Están agotadas por escuchar de un dios, lo dejo en minúsculas adrede, sádico que solo trata con el ser humano a través del sufrimiento y del dolor. Están buscando al Dios que realmente les da la respuestas a sus dudas e inquietudes, que no les está esperando con un azote para reprimirlos. Un Dios de misericordia, amor, justicia, paz y verdad que se reveló a través de su Hijo Jesucristo y se muestra evidentemente en todos aquellos que han entendido el mensaje de las Buenas Nuevas de Salvación, el Evangelio de Cristo.

“Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos”

Marcos 6. 5 RV60

Como predicadores de los últimos tiempos, estamos obligados a transmitir una enseñanza real, conforme a la necesidad de la Iglesia, revelada por Dios por la intensidad de nuestra relación con él. Debemos estar dispuestos a dejar toda religiosidad y falsa predicación, atendiendo a la exigencia de la predicación que tenemos que dar. Si realmente tenemos el Don de sanidad, manifestémoslo, sino quedémonos callados. Si tenemos el Don de evangelismo, actuemos conforme a él, sino quedemos encerrados en nuestras casas. Si eres Maestro, manifiesta tu servicio congregacional y humanitario, si no es así, ni abras tu boca, porque por las falsas expectativas que brindamos a las personas, cada día, damos oportunidad que sea otro reino, el que se extienda.

Dios te bendiga.

PREDICA EN TU TIERRA

Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.