DESDE EL ALMA
Los sonidos que salen de nuestro interior tienen repercusiones eternas.
LA Glosolalia es el nombre que se la a los
sonidos que salen del alma. Este sonido puede ser mal utilizado al hacer
referencia de él como lenguas angelicales. Por lo cual, debemos entender que el
tratar de comunicarnos así, puede ser un sabotaje al crecimiento de la iglesia.
A su vez, si logramos realmente comunicarnos sacando esos sonidos para expresar
un deseo profundo que remueva hasta los cielos, utilizaremos ese don como
gracia personal, llenos de humildad y discreción. Cuando leemos algunos pasajes
de Jesucristo, nos quedamos perplejos al ver como físicamente actuaba con la
gente. Hoy, muchas de esas acciones causarían al menos estupor y seguro alguna
denuncia judicial.
“Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y
escupiendo, tocó su lengua”
Marcos 7. 33 RV60
En el evangelio de Juan, encontramos
esta otra acción de Cristo: Habiendo dicho esto, escupió en tierra, e
hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos. Por favor, no
nos tomemos este consejo a broma y no salgamos a escupir clamando por la sanidad
de las personas. Jesucristo tomó su saliva porque él encarnaba los roles de Sacerdote,
Rey, Maestro, Rabí y Profeta entre muchos otros. El rol de Profeta llevaba
consigo no solo la predicación de la Palabra de Dios sino la utilización simbólica
de elementos para dar a entender mejor su mensaje. En estos casos, Cristo,
deseaba unir a las personas con el origen mismo de la vida.
“Y levantando los ojos al cielo, gimió, y le
dijo: Efata, es decir: Sé abierto”
Marcos 7. 34 RV60
Stenázo, es la palabra griega que
se utiliza para esta expresión de gemir, angustia, quejarse, murmurar u orar inaudiblemente;
también podríamos considerarlo como glosolalia de Cristo reclamando la sanidad
de este hombre. El Apóstol Pablo en Romanos nos recuerda: Y de la misma
manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos
orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
indecibles. Dios mismo está clamando desde el alma por cada uno de nosotros,
así que no estamos solos en estos momentos difíciles, estamos siempre acompañados,
guiados y sustentados en oración por Dios mismo.
Dios te bendiga.
DESDE EL ALMA
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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