El mayor milagro es nuestra salvación, el resto de las cosas serán dadas
por añadidura.
CUANDO has podido conocer realmente a Dios es
imposible negarlo. Nuestros rostros deberían reflejar ese cambio y
evidentemente nuestras acciones estarán acorde con un nuevo nacimiento en
Cristo. Todos los seres humanos tenemos dificultades y problemas que resolver.
Nadie está libre de vivir situaciones extremas y apremiantes. Dios nos capacita
en todo momento para vivir, también nos enseñará a cómo resolver los problemas
que nos sobrevendrán. En ciertas situaciones necesitaremos de un milagro, como interrupción
divina en los asuntos nuestros. Esos milagros pueden ser de cualquier índole:
sanitario, económico, familiar, laboral y la lista continuará con un etc.
“Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su
lengua, y hablaba bien”
Marcos 7. 35 RV60
El Evangelio de Marcos nos
muestra este portentoso milagro. Este individuo, sordo, muy posiblemente desde
su nacimiento, ahora habla. Todas sus cuerdas vocales fueron restauradas como
desde el origen y esa fonética atrofiada, ahora es clara y concisa. Dios anhela
demostrarnos el gran amor que tiene por la humanidad. Dios no es un ser tirano
ni sádico, dispuesto a maltratar al ser humano para que, entre comillas, entienda
cual es el precio de la santidad y de vivir en su presencia. Dios se entregó así
mismo por rescate de la humanidad a través de su propio Hijo Jesucristo. Así,
cada uno de nosotros, podemos ser hijos de Dios y de disfrutar de su amor, paz
y misericordia.
“Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero
cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. Y en gran manera se
maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los
mudos hablar”
Marcos 7. 36-37 RV60
Imposible no hablarlo, una
vez Dios ha tocado nuestras vidas y hemos comprobado su amor, deseamos salir al
mundo y gritarlo sin miedos y sin restricciones. Jesucristo, en aquel momento, deseaba
conservar el secreto mesiánico. Pero, después de ver un cáncer retroceder en el
cuerpo de alguien por un milagro divino, ¿podemos dejar de hablarlo? Cuando
vives una restauración matrimonial, ¿de verdad podemos dejar de reconocer que
fue por la mano de Dios que hoy se sostiene dicho matrimonio? Los ejemplos de
los milagros son muchos: este tiempo de pandemia nos ha dejado varios. Te invito
personalmente que utilices esta web para divulgar tu testimonio. Envíame un
email y gustosamente lo publicaremos para que más personas vean los milagros
que Dios está haciendo actualmente.
Dios te bendiga.
IMPOSIBLE NO HABLARLO
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
Si quieres que estemos
orando por ti, mándanos por medio de las redes sociales o a través de estos
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