LA MALDICIÓN DE LA DOCTRINA
La letra mata, más el Espíritu vivifica.
PODEMOS entender la doctrina como: el conjunto de las ideas,
enseñanzas o principios básicos defendidos por un movimiento religioso,
ideológico, político, etc. Como cristianos, basamos nuestras vidas por
principios denominados doctrinas. Muchas de estas doctrinas están cimentadas en
las revelaciones recibidas por Dios, para un tiempo y lugar específico. Muchas otras,
simplemente son caprichos de hombres, los cuales tratando de justificar su
estilo de vida, manipulan la palabra de Dios y dicen lo que no está allí
escrito. Con actos como estos, traen no solo maldiciones para sus vidas, sino
que aquellos que les siguen, acarrean esta misma suerte.
“Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos
no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos
inmundas?”
Marcos 7. 5 RV60
Dios había escogido al
pueblo de Israel como la luz para las naciones. Ellos, en vez de ser esa guía
para llevar a los seres humanos a su presencia, se encerraron en sus costumbres
y dichos, haciendo que estas tradiciones prevalecieran aun por encima de las mismísimas
enseñanzas de Dios. No deberíamos confundir la Tradición la cual es Dios mismo,
con la tradición que tendría casi el mismo significado que doctrina: es las costumbres,
composiciones literarias, doctrinales, etc., que se comunican, se transmiten o
se mantienen de generación en generación.
“Respondiendo él, les
dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este
pueblo de labios me honra, más su corazón está lejos de mí. Pues en vano me
honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres”
Marcos 7. 6-7 RV60
No se trata pues, de
llegar un falso equilibrio entre la doctrina y la Palabra. Debemos buscar a
Dios de sincero corazón y con ese mismo sentir, deberíamos actuar en todo momento.
Procurar actuar con la Mente de Cristo es clave para que no seamos como los
escribas y fariseos. Despojarnos de todo lo antiguo que nos ata y subyuga a
falsas doctrinas y tradiciones, es esencial para llegar a la estatura de
Cristo. Asimilar y vivir las buenas enseñanzas de Jesucristo a través de su
Espíritu deberá ser el estilo de vida que demostremos siempre a los demás.
Dios te bendiga.
LA MALDICIÓN DE LA DOCTRINA
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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