Devocionales de Alfonso Gomez Plaza: DEVOCIONAL CRISTIANO -NO HAY NINGUNA EXCUSA

NO HAY NINGUNA EXCUSA

La lengua un pequeño miembro con un gran poder.

EL problema con el chisme, la murmuración y la crítica es, con tan pocas palabras, podemos sepultar para siempre el buen nombre de cualquier persona. Este maléfico plan es utilizado por todo el mundo, siendo incluso usado por gobiernos para derrocar a todos aquellos que se les oponen. Tratar de recuperar la honra, es una cuestión casi imposible y desde luego, al recuperar esa amistad, las cosas nunca más serán igual.

Siendo muy joven, recuerdo como en una reunión de trabajo ministerial solté por mi boca muchas verdades sobre el trabajo de una buena amiga, pero lamentablemente y a pesar de que estaba en contra en algunas de sus actitudes, lo dije en el momento menos oportuno. Sin darme cuenta, por mi inmadurez e imprudencia, socave innecesariamente una bonita amistad de años, la cual y hasta el momento, no he podido recuperar.

“Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen”

Marcos 7. 3 RV60

Muchas de esas condenaciones que decimos, las hacemos por costumbre o por tradición. Cuando consideramos que tenemos que decir la verdad, y no anteponemos el amor cometemos, por así decirlo, un pecado capital. Este es el problema, no sabemos confrontar y en el afán de hacer nuestra justicia, afrontamos y anteponemos la pseudo justificación nuestra. Igual que los fariseos y judíos de este versículo, consideramos que es mas importante nuestros conceptos y preceptos que lo que sucede con las personas que tenemos alrededor nuestro.

“Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos”

Marcos 7. 4 RV60

Los judíos habían convertido las buenas costumbres en leyes sociales infranqueables. De la misma manera, solemos confundir la sinceridad con la arrogancia. Podemos llegar a pensar que la imprudencia es la elocuencia. Creemos que no existe la temeridad en nuestras palabras y las soltamos como bien nos parezca. Analicemos nuestra manera de hablar, pensemos si hablamos con ligereza, irresponsabilidad, imprevisión o insensatez y descartemos en el Nombre de Jesucristo, todas estas malas praxis y aprendamos de la sensatez y humildad que solo la Mente de Cristo nos puede dar.

Dios te bendiga.

NO HAY NINGUNA EXCUSA

Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.

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