NO TEMAS, YO SOY
Algunos creen en teoremas y probabilidades, otros creemos en Dios.
SER espectador en una sanidad interior de una
persona es contraproducente. Bajo la mentalidad natural del hombre, tratar de
comprender y asimilar los milagros, nos llenan de miedo, terror y dudas. Todo esto
nace o se origina desde el reino de las tinieblas y puede estar ocurriendo primero
por ser unos espectadores y segundo para debilitar nuestra fe, poniendo en duda
el poder sanador de Cristo actuando en ese momento en un individuo atormentado
por el adversario. Llega a tal punto nuestra confusión que hasta consideramos y
pensamos herejías contra el Espíritu Santo de Cristo. Pero todos los hechos ordinarios
para Dios actuando en favor de sus hijos, son actos extraordinarios para nosotros
que comprobamos el amor del Padre Celestial.
“Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y
gritaron”
Marcos 6. 49 RV60
Como congregación de
manera inocente, siguiendo las enseñanzas de Cristo, guiados por el Espíritu
Santo, ministramos colectivamente sanidad y liberaciones, ya sea, en un Culto
dominical o en un servicio especial. Pero descuidamos a los espectadores, pues,
consideramos que también están buscando la presencia de Cristo. El miedo, el
terror y las dudas, inmediatamente los sobresalta y se apoderan de ellos. Como
Iglesia tenemos muchas tareas por delante, como enseñar a invitar a solo
aquellos que sinceramente estén buscando de la presencia de Dios. Lo segundo es,
apostar intercesores estratégicamente para que intervengan tanto en oración
como físicamente, para aconsejar a los espectadores, y así, no sean que llenos
de ansiedad comiencen a gritar como locos influenciados por el adversario.
“porque todos le veían, y se turbaron. Pero en
seguida habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!”
Marcos 6. 50 RV60
Ahora bien, para aquellos
que hoy son espectadores, también tienen sus tareas pendientes:
1- Si solo asistimos por el espectáculo
de un milagro, marchémonos de la reunión y volvamos cuando lo entendamos.
2- Si nos toca quedarnos por
estar acompañando, dediquémonos a la oración y apoyo espiritual sobre la
persona que acompañamos.
3- Arrepintámonos y
permitamos que en ese mismo momento Cristo llegue a nuestras vidas y nos sane y
libere.
Sea como sea, la ventaja
que tenemos al entregar nuestras vidas a Cristo es que en los momentos difíciles
él nos dice: No temas, Yo Soy.
Dios te bendiga.
NO TEMAS, YO SOY
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