UNA GRAN LECCIÓN
Está bien predicar a las masas, el reto está en tener discípulos.
LOS discípulos habían estado varios años ya junto
al Maestro, ahora era el momento de un aprendizaje aún más profundo. Durante los
tres primeros años de ministerio, Cristo estuvo compartiendo y haciendo las
bases que afirmarían la Iglesia, ahora, era la oportunidad de exprimir a fondo su
enseñanza y demostrar que sí es posible la extensión del reino de los cielos, anticipándose
a la misma cultura, haciendo justicia social. Desde la antigüedad se repite una
frase en todo el AT: “es de imperiosa necesidad librar a la viuda, al huérfano
y al extranjero”. Perfectamente podríamos extrapolar este decir entendiendo que
son todos aquellos que no tienen a Dios, por lo tanto, no tienen quien les
provea tanto espiritual como físicamente del amor, comprensión, seguridad,
respaldo, confianza que solo se tiene al conocer a Dios Abba Padre, a Dios el
Hijo Jesucristo y Dios Espíritu el paráclito.
“Él les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete”
Marcos 8. 5 RV60
Cristo está al frente de
una comunidad, serán aproximadamente diez y seis mil personas que vagan por la
vida sin un proveedor que les sustente. Cristo los ve como ovejas perdidas en
el desierto. A pesar de que el beneficio del milagro se lo llevarán ellos, la
gran enseñanza va dirigida a los discípulos que mañana serán los apóstoles encargados
de extender el reino de los cielos por todo el globo terráqueo, es decir, la
gran enseñanza no fue solo para aquellos doce escogidos, es para cada uno de nosotros.
“Entonces mandó a la multitud que se recostase
en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio
a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la
multitud”
Marcos 8. 6 RV60
Este fue el segundo
milagro de multiplicación de panes, en pleno desierto, realizado por Jesucristo
sin posibilidad alguna de extraer recursos de manera externa. Solo la gracia y
bendición divina podía dar de comer en medio del desierto como previamente se
hizo en los tiempos de Moisés, como cuando el Maná y las codornices estaban
para alimentar a más del millón de personas que confiaron en Dios que durante
cuarenta años transitaron confiados en el desierto. La pelota está hoy en
nuestro tejado. Nosotros hemos recibido de la gracia y del amor de Dios y hasta
aquí él nos ha provisto de todo lo necesario. Hoy esa pelota ha de ponerse en
movimiento, el reino de los cielos debe seguir extendiéndose, proporcionando a
los demás el alivio, descanso y tranquilidad que hoy vivimos como hijos de Dios.
No le neguemos este privilegio a otros, trabajemos en la obra. Hablemos de Cristo
y enseñemos su verdad.
Dios te bendiga.
UNA GRAN LECCIÓN
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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Dios te bendiga y traiga
siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
Poderoso contenido.Saludos.
ResponderEliminarDIOS TE BENDIGA...MUCHAS GRACIAS
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