Devocionales de Alfonso Gomez Plaza: DEVOCIONAL CRISTIANO

COMO TRONCOS

Quien un día fue rey siempre seguirá siéndolo.

LAS pruebas nos sacan maduros o más duros. En ciertas ocasiones tratando de hacer catarsis, nos escudamos en lo mal que lo pueden estar pasando otras personas en comparación nuestras, pero cada cual sabe el calvario que está viviendo. También, deberíamos tener presente que cada ser humano es un mundo aparte, por lo tanto, el trato que Dios ha de tener con cada cual será especifico y especial. He visto más orgullo y soberbia en personas paupérrimamente pobres que en ricos desesperados por la necesidad de sentirse amados y respetados por quienes son y no por lo que tienen. Para todos estos casos, existe una única solución, Jesucristo gobernando en nuestros corazones y trabajando en nuestra mentalidad, pues la Mente de Cristo está disponible para cualquiera que desee vivir conforme a ella.

“Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo”

Marcos 8. 23 RV60

La peor ceguera que podemos manifestar es la espiritual. De esta manera, confirmamos lo dicho por Jesucristo: no hay peor ciego que aquel que no quiere ver. Son muchas las verdades que nos perdemos, son muchas las bendiciones que no disfrutamos, son muchos los sinsabores que tenemos por no tener la capacidad de ver espiritualmente. Igual que en este versículo, Jesucristo tendrá que hacer una acción física en nosotros para sacarnos de esa zona de confort que no permite que veamos. Dios puede permitir esas pruebas, incluso dificultades desagradables, para quitarnos la ceguera que no deja que vivamos el reino de los cielos en su máximo potencial.

“El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan”

Marcos 8. 24 RV60

No deseamos ser escupidos por nadie. Nos ofende considerar que alguien nos pueda denigrar o infravalorar. Pero en algunos casos, estos procesos serán más largos o por partes tal como sucedió con este ciego. Tenemos ejemplos bíblicos que algunos milagros fueron instantáneos, sin embargo, otros fueron paulatinos o escalonados. Dios no quiere vernos sufrir, Dios es solo amor y ese amor hace que le duela muchísimo nuestro sufrimiento. A consecuencia de ello, se determinó y envió a su Hijo Jesucristo a morir por nosotros en la Cruz del Calvario, para darnos esa libertad necesaria y así seguir nosotros con el legado de la extensión del reino de los cielos, llevando el Evangelio de la salvación de Cristo a mas personas, necesitadas de él, tal como un día estuvimos nosotros.

Dios te bendiga.

COMO TRONCOS

Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.

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