TEN MUCHO CUIDADO
Hacer a los demás con justicia es un privilegio
que se cultiva.
EN el proceso de la
reciprocidad existen factores que se nos escapan de las manos. No somos monedas
de oro para gustarle a todo mundo. Sin embargo, existen actos y dichos que
podemos y debemos evitar, pues con ellos en muchos casos, hacemos daño a otros,
esto significa que nos hacemos daño a nosotros mismos. En Teología existe una rama de la ciencia que
la denominan: Ecología de la Salvación. Dicha teología trata de la necesidad de
restaurar la creación, pues en el Paraíso, ella se vio afectada por la decisión
de Adán y Eva. Dentro de esta malsana decisión tomada en el Paraíso, existe una
parte de responsabilidad directa de nuestra parte.
Hace poco estuve viendo unos documentales sobre la sexta extinción, la cual es, equiparable a la caída de un meteorito del tamaño de un auto sobre la faz de la tierra. El problema es, somos nosotros, los seres humanos los que estamos causando esta sexta extinción. Si, somos nosotros el problema sobre la tierra. Igualmente, está en nuestras manos remediar parte del problema que estamos viviendo.
“Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí,
mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase
en el mar.”
Marcos 9. 42 RV60
Somos responsables de la vida física y espiritual
de la humanidad. Podemos seguir mirando a un lado y considerar que no es
nuestro problema, pero esta mentira sistemática, debe ser descubierta para remediar
y ser parte de la solución de dicha problemática. Quizá, por eso se dice: Porque
el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos
de Dios.
“Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la
vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser
apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.”
Marcos 9. 43-44 RV60
Hoy somos responsables directos y solidarios de
todo lo que sucede a nuestro alrededor: el cambio climático, la pobreza y
desigualdad social mundial, la aniquilación
selvática en pro de las cosechas y de la ganadería, la pesca insostenible en
los mares, la contaminación de plásticos a nivel global…en fin. Si no hacemos
algo físico para evitarlo, no contribuyamos al deterioro mundial. Sembremos el
amor de Dios pero atendamos también todo lo que tenemos a nuestro alrededor. Seamos
la luz y sal de la tierra en el sentido amplio de la palabra.
Dios te bendiga.
TEN MUCHO CUIDADO
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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