DANDO LO MEJOR DE TI
Nunca daremos a Dios lo mejor de nosotros mismos
si no es por medio de un don divino llamado “excelencia”.
LA excelencia, según la
RAE (Real Academia de la Lengua Española) es algo o alguien de superior calidad
o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación. Encontramos varios versículos que nos dicen
que solo hay un justo y este es Cristo, por lo tanto, no podemos pretender creer
que somos excelentes en todo lo que hacemos, simplemente hacemos lo mejor que
podemos. Otra medida en la cual solemos cometer un gran error es considerar que la calidad de nuestro trabajo
debe ser igual imitado por todos (si creemos que somos dignos de tan alta distinción).
Por lo tanto, esto causará en nosotros frustración y evidentemente conflicto con
las personas que tenemos a nuestro alrededor porque cada ser humano es un mundo
aparte y aunque Dios trata a su Iglesia de manera general, al tratar con el ser
humano, él es muy específico. Cuando Jesucristo
entró triunfante en Jerusalén, todas las personas a su alrededor, dispusieron su
corazón y le dieron lo mejor que tenía cada uno.
“Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó
sobre él.”
Marcos 11. 7 RV60
Para los citadinos, me gustaría comentar que los
animales ecuestres cuando sudan huelen mal, ¿podemos imaginar cómo será ese
olor en estos animales en pleno desierto? El burrito en el que montaría Jesús
de Nazareth no sería la excepción. Entonces, los discípulos, le dieron la mejor
montura que ellos tenían sus propios abrigos. De igual manera, las personas que
los rodeaban, desearon elogiar a quienes ellos consideraban que humanamente
sería su nuevo rey de Israel que desalojaría a los romanos de sus tierras. Por eso,
ellos con una alta expectativa, dieron lo mejor de sí mismos, aunque ocho días después,
condenarán al Hijo de Dios.
“También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de
los árboles, y las tendían por el camino.”
Marcos 11. 8 RV60
Hoy hablaríamos que le extendieron la alfombra
roja a Jesucristo. Y es que cuando tenemos la oportunidad de tratar, ver y tener
una vida cerca a Cristo, nos faltan detalles para agradecerle por todo lo que
él ha hecho y por todo lo que va a hacer en nuestro futuro. Una vida completamente
dedicada a él es lo mínimo que solemos hacer en el mejor de los casos. En otros
casos, podremos dar parte de nuestro tiempo de vez en cuando. Yo no estoy aquí para
resolver cuánto tenemos que dedicar o hacer, pero sea lo que hagamos, tenemos
que dar lo mejor de cada uno, porque al fin y al cabo, estamos dando a Dios el servicio
que él se merece.
Dios te bendiga.
DANDO LO MEJOR DE TI
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