ENTREGA LO QUE TENGAS
Nos perdemos entre las estrategias y
actividades de la bendición de simplemente dar lo que tenemos.
CUANDO era niño consideraba que necesitaba ser joven para poder servir a Dios. Cuando salí
de casa, mis prioridades cambiaron y pensé que al terminar la Universidad sería
el momento oportuno para dedicarme al servicio de la Iglesia. Cuando me casé,
tuve que sostener mi matrimonio y con la llegada de los hijos, mi visión cambió,
sumado a todo esto, las horas de trabajo fueron muy intensas, entonces me
cuestioné la posibilidad de servir a los demás en mi jubilación. Ahora estoy
jubilado, no tengo ni tiempo, ni fuerzas para nada más que sostener mi alma y
lamentablemente haciendo auto crítica considero todo el tiempo que he perdido buscando
la estrategia adecuada para servir a Dios, a la Iglesia por ende a los demás. Y
ahora toma sentido ese adagio que dice: “el tiempo vale oro”. Y yo, por necio,
he dejado escapar miles de oportunidades en mi vida. ¿a cuántas almas puede
haber presentado el evangelio de la salvación si no estuviera entretenido en
mis divagaciones? ¿A cuántos seres humanos hubiera podido ayudar no estuviera
solamente mirándome el ombligo?
“Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo
echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.”
Marcos 12. 41 RV60
Hoy la iglesia está llena de activistas y
seguidores de las actividades de ella, pero pocos son los comprometidos. Hoy son
muchos los que hacen grandes manifestaciones de servir; sin embargo solo lo hacen por apariencia, porque sus corazones
están más entretenidos por el qué dirán los demás que en servir de sincero
corazón. Muchos son los que hacen alarde
de sus títulos eclesiales para ser glorificados por los seres humanos, en vez de
estar buscando agradar a Dios con sus actos y dichos. Pero recordemos quién
está delante de cada una de nuestras acciones y palabras. Jesucristo observa no
solo físico sino también lo espiritual de todo lo que hacemos y decimos.
“Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.”
Marcos 12. 42 RV60
La bueno de todo esto es que Dios nos está
esperando con los brazos abiertos para que le demos toda nuestra vida con un corazón
sincero. No se trata de la cantidad sino de la sinceridad con la que lo
hacemos. No se trata de la elocuencia sino del poder del Espíritu Santo
actuando en cada uno de nosotros. Se trata pues, que actuemos de la misma
manera que hizo Jesús de Nazaret que se dio por toda la humanidad y se expuso públicamente
entregando hasta última gota de su esencia para que nosotros hoy gocemos de la salvación.
Aprovechemos esta preciosa oportunidad y conozcamos a Cristo de manera genuina
y real.
Dios te bendiga.
ENTREGA LO QUE TENGAS
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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