PLANTEÉMONOS UNA PREGUNTA EXISTENCIAL
Podemos estar confiados en el poder de Dios.
ESTA es la última entrega del devocional de la
Ansiedad y el Antiguo Testamento del Pastor José Nuñez Diéguez. Recuerda que
puedes contactarle en: audioscristianos1960@gmail.com o
en Twitter @Joeoikos.
También puedes escucharle en:
https://www.breaker.audio/audios-cristianossencillos/e/88579988.
“Cualquiera que fuere rebelde a tu mandamiento,
y no obedeciere a tus palabras en todas las cosas que le mandes, que muera;
solamente que te esfuerces y seas valiente.”
Josué 1. 18 RV60
Después de compartir historias y ofrecer tranquilidad, los textos del
Antiguo Testamento a menudo plantean un desafío: ¿pondremos en práctica la fe que profesamos? Puede parecer
trillado, pero es exactamente lo que necesitamos escuchar si la ansiedad es, al
menos en parte, producto de nuestra voluntad, un hábito mental que puede
contrarrestarse.
“¿No es tu Dios uno de infinito amor y cuidado? ¿Cómo se relaciona eso con
tu ansiedad? “Es inquietante tener a un
no cristiano presionándote sobre la desconexión entre tu teoría y tu práctica.
Hay una oración, llamada “La oración de la serenidad”. Al llegar a la línea “Dame valor para cambiar las cosas que
pueda” se convierte en un imperativo, más que una declaración.
El Antiguo Testamento encaja muy bien con la frase “tomar al toro por los
cuernos”. Josué les dice a los israelitas que entren a Canaán con valor (Josué
1:18). Proverbios contrasta a los impíos y a los piadosos basándose en cómo se
relacionan con el miedo y la ansiedad: “Los impíos huyen cuando nadie los
persigue, pero los piadosos son valientes como leones” (28:1, NTV). En Elías,
el profeta desafía a Acaz mientras se preocupa por la amenaza de una invasión
militar: "Si no te mantienes firme en tu fe, no te mantendrás firme"
(7:9). Fundamentalmente, estos mandatos no son emitidos por un Dios que señala
con el dedo y que retrocede mientras nos sumerge en los terrores de la vida.
Este Dios está siempre presente y, incluso cuando nos lo ordena, ya está
caminando con nosotros, guiándonos por caminos que no podemos recorrer por
nuestra cuenta. Este es el mensaje del Salmo 23: 4, que algunas traducciones
traducen: “Aun cuando camine por un valle
de profunda oscuridad, no temeré porque tú estás conmigo” (ISV). Esta
traducción nos ayuda a ver que Dios camina con nosotros, no solo cuando nos
acercamos a la muerte, sino en todos los momentos oscuros de nuestras vidas. El siempre esta ahí.
Cuando este Dios siempre presente nos pide que seamos audaces y valientes,
encontramos un paradigma sorprendente para lidiar con la ansiedad. La vida de
fe es difícil y requiere confiar en Dios más allá de lo que el ojo puede ver.
Pero una vida de incredulidad es aún más difícil porque capitula al miedo y
pierde de vista a Dios en el pánico resultante. De cualquier manera, este no es
el caso proverbial de duda que desplaza a la fe. La duda es una herramienta
para cuestionar los propios miedos. Es la ansiedad misma la que socava la fe.
Nuestra vocación como creyentes ansiosos es ver y apreciar la contradicción
entre nuestra ansiedad y el Dios que nos ama. Con la ayuda de otras técnicas y
posiblemente medicamentos, combatimos la ansiedad simplemente creyendo en Dios.
“Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él
correrá el justo, y será levantado.”
Proverbios 18. 10 RV60
Este desafío ha tenido un gran impacto para mí personalmente. Soy muy bueno
controlando mi vida. Puedo anticiparme a las demandas, gestionar proyectos y
perseverar. Planeo mis días a la hora. Pero en mis momentos más oscuros,
especialmente cuando estoy cansado, me preocupo por cosas que nunca podré
controlar. Me preocupan la pandemia, el cáncer, incluso las interacciones con
extraños.
Si no se controlan, estos pensamientos se convierten en el ruido de fondo
de mi vida. Así que hay gracia en que me digan que mi ansiedad está creando
ilusiones, o en las palabras de Martín Lutero, un teólogo que luchó con la
ansiedad como ningún otro, la ansiedad es todo lo que Satanás puede hacernos
ahora, porque el Señor es “una fortaleza
torre; los justos corren hacia ella y quedan a salvo” (Prov. 18:10).
Dios te bendiga.
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