Devocionales de Alfonso Gomez Plaza: DEVOCIONAL CRISTIANO

DEVOCIONAL CRISTIANO

UN ESCÁNDALO

¿Dónde está el límite de la discreción?

UNA persona que suele llamar la atención por medio de los escándalos, se le considera que tienen una carencia de amor y aceptación por sí misma de allí, que su forma de ser siempre le provoca un espectáculo o un drama en el cual todo mundo tiene que ver y participar. Sin embargo, los cristianos estamos llamados a vivir de escándalo en escándalo. Imaginemos que Dios nos favorece con el Don de la sanidad extraordinaria, ¡seríamos cómo el apóstol Pedro y Pablo que las personas sacaban paños y/o deseaban que la sombra les cubriera para su sanidad! Por favor, qué escandalosos seriamos. Otra manera de ser escandaloso es dándonos en sacrificio por los demás, pero ese mérito es exclusivo de Cristo.

“Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.”

Marcos 14. 26 RV60

Hay que prepararnos en todo para cualquier acto que vamos a hacer. No basta con desearlo, tendremos que invocar al Espíritu Santo para que su compañía nos guíe e instruye. Pues esa es una de sus funciones, acompañarnos en todo lo que Dios ha dispuesto para nosotros en sus planes divinos. Jesucristo lo hizo en ese momento al invocar al Padre con ese coro, él se estaba preparando para el mayor escándalo no solo de su vida, sino de toda la humanidad.

“Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas.”

Marcos 14. 27 RV60

Contrario a lo que podemos considerar de los hechos escandalosos de Cristo, nos dio la libertad eterna. Ese escándalo de Cristo, no ahuyentó a las ovejas, en todo caso, dio la vida a lo que hoy conocemos como Su Iglesia. Por actos como estos, podemos considerar seriamente ser unos escandalosos que hacemos la voluntad de Dios para extender su reino y ser vasos útiles en medio de sus manos y así, permitir que se sumen más escandalosos que hacemos grande el Reino de Dios.

Dios te bendiga

UN ESCÁNDALO

Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.