Devocionales de Alfonso Gomez Plaza: DEVOCIONAL CRISTIANO

DEVOCIONAL CRISTIANO

CONFUSIONES

Una cosa es mirar y otra muy diferente es observar.

EN adagio popular se dice: “confunde la marrana mona, con doña Ramona”, no será sencillo traducirlo al Inglés. De esto tengo muchísima experiencia, de confundir, pues al tener dislexia no solo confundo las palabras en el escrito, sino que también lo hago al hablar, algo que no me ha servido para hablar Inglés. Al leer la palabra de Dios e intentar interpretarla y entenderla, usaremos las herramientas que tengamos a mano, un diccionario bíblico, una concordancia, un Biblia interlineal etcétera. Aun con todo y eso, veremos qué cómo humanos, vamos a cometer muchos errores de interpretación, de contextualización, de área, de tiempo o de aplicación entre otros. El texto inicial de hoy, podemos comprender que se da para erróneas interpretaciones: Jesús de Nazaret, la parte cien por ciento humana de Cristo está gritando a Dios porque lo ha abandonado. Sin embargo cuando podemos estudiar - cómo si acaso pudiéramos- al Espíritu Santo, comprenderemos que él, jamás abandonó a Jesucristo, como tampoco lo hace con ningún ser humano.

“Y A LA HORA NOVENA JESÚS CLAMÓ A GRAN VOZ, DICIENDO: ELOI, ELOI, ¿LAMA SABACTANI? QUE TRADUCIDO ES: DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO?”

Marcos 15. 34 RV60

El Paracleto, es decir, el Espíritu Santo es una promesa ya cumplida por parte de Dios el Padre. En el caso de Jesús de Nazaret, desde el momento de su concepción hasta su resurrección, siempre lo acompañó, no hace falta recalcar que después de su resurrección, también estuvo con él; porque cuando hablamos del Padre, del Hijo y del Espíritu estamos hablando de funciones de un único Dios, los cuales se nos dieron para que nuestra limitada mentalidad tratará de comprender la complejidad de la personalidad de nuestro Dios.

“Y ALGUNOS DE LOS QUE ESTABAN ALLÍ DECÍAN, AL OÍRLO: MIRAD, LLAMA A ELÍAS.”

Marcos 15. 33 RV60

Imaginemos el cuadro: Jesús en su agonía de muerte está hablando en Hebreo y los que están a su alrededor no le entendieron, si no que confundieron sus palabras, o quizá lo hicieron para seguir la burla. Hoy, sin saber hebreo, griego o arameo, pretendemos dar interpretación a las palabras de Jesús. Esto es lo que nos está sucediendo al leer ciertos pasajes bíblicos, por ello causamos confusiones, porque desde la raíz del asunto, ha nacido desde una confusión.

Dios te bendiga

CONFUSIONES