MURIÓ POR SU CAUSA
Solo la pasión por nuestro propósito nos hará
hacer locura.
ME gustan mucho las películas sobre todo los de
genero de guerra. Me sorprende ver, por ejemplo, el patriotismo que demuestran
los soldados norteamericanos. Rambo, por ejemplo, él es único y capaz de
enfrentarse él solo a un ejército no solo por su país, sino por cualquier a
otra persona que lo esté necesitando. Otro ejemplo seria aquellas películas de
autosuperación donde el protagonista comienza a escalar una montaña y por más
dura que esta sea, las dificultades que se presenten, las superaran por ese
amor que sienten por su pasión; un buen testimonio de ello es el británico Bear
Grills, donde lo hemos visto rebuscar incluso en los desechos de los osos para
sobrevivir. Pero, las películas o series más significativas para este
devocional, serían aquellas donde el protagonista muere escalando esa montaña,
o el soldado pierde la vida en el último momento por la libertad del pueblo o
como en la Lista de Schindler, el protagonista muere pobre, pero con la gran
satisfacción de saber que ha logrado salvar la vida de muchos judíos de las
cámaras de exterminio. De la misma
manera, podemos tener la imagen de Cristo, él murió por su propia causa, en la
que él creía que el ser humano volvía a tener comunión con Dios y todo el
desorden cósmico generado por la caída del hombre, vuelve a su estado original.
“Y LE DIERON A BEBER VINO MEZCLADO CON MIRRA; MAS ÉL NO LO TOMÓ. CUANDO LE
HUBIERON CRUCIFICADO, REPARTIERON ENTRE SÍ SUS VESTIDOS, ECHANDO SUERTES SOBRE
ELLOS PARA VER QUÉ SE LLEVARÍA CADA UNO.”
Marcos 15. 23-24 RV60
Lo que tuvo que vivir Jesús de Nazaret fue
incalculable e imposible de cuantificar a menos que entendamos que él murió por
su causa, es decir, Jesucristo sabía perfectamente que llegar a convertirse en
nuestro salvador y libertador no sería nada fácil; ¿quién deshidratado desea
que el brinden vinagre? Todo desearíamos recibir agua, y si podemos pedir una bebida
isotónica mejor. Podríamos considerar que el Reino de los Cielos busca personas
que deseen morir por su causa y entregarse hasta el punto de morir por hacer
realidad la extensión del reino de Cristo o por lo menor caer rendido en el
intento de hacerlo realidad. Y es que esa falta de pasión por morir por nuestro
propósito de vida es lo que está matando a la Iglesia de Cristo.
“ERA LA HORA TERCERA CUANDO LE CRUCIFICARON. Y EL TÍTULO ESCRITO DE SU
CAUSA ERA: EL REY DE LOS JUDÍOS.”
Marcos 15. 25-26 RV60
Dios te bendiga.
MURIÓ POR SU CAUSA
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