Devocionales de Alfonso Gomez Plaza: DEVOCIONAL CRISTIANO -OTRA ATROCIDAD

DEVOCIONAL CRISTIANO

OTRA ATROCIDAD

No hay peor ciego que aquel que no quiere ver.

UNO de los paradigmas más terribles de la humanidad es la aceptación a las atrocidades humana. Podemos observarlo en la II Guerra Mundial y cómo toda una sociedad incorporó el genocidio de manera sistemática de todos aquellos que ellos consideraron indeseables. Estamos hablando de judíos, cristianos, homosexuales, gitanos, disidentes, pero también hemos de considerar, a los propios autores militares de aquel conflicto; se considera que fueron sesenta millones de víctimas en aquella guerra. En nuestra sociedad, tenemos víctimas de nuestro propio sistema y desde luego, no estamos ejecutándolos en cámaras de gas, pero no estamos dándoles el respaldo que están necesitando, sino que estamos dándoles la espalda.

“AHORA BIEN, EN EL DÍA DE LA FIESTA LES SOLTABA UN PRESO, CUALQUIERA QUE PIDIESEN.”

Marcos 15. 6 RV60

Seguimos en el juicio de Jesús de Nazaret y, cómo ya hemos visto, a parte de estar plagado de irregularidades, ahora veremos una atrocidad más. Era una costumbre soltar un preso en aquellas fiestas. Desde luego, cabría esperar que soltaran al inocente. Sin embargo, igual que actuaríamos hoy, ellos, escogerán al estilo que una mente perversa haría. Hoy son muchos los que necesitan ser liberados tales como los drogadictos y alcohólicos, pero también están los extranjeros discriminados, las mujeres que sufren violencia machista, las personas que sufren violencia racial, étnica o cultural y muchas más que no alcanzo a enumerar.

“Y HABÍA UNO QUE SE LLAMABA BARRABÁS, PRESO CON SUS COMPAÑEROS DE MOTÍN QUE HABÍAN COMETIDO HOMICIDIO EN UNA REVUELTA.”

Marcos 14. 65 RV60

Barrabas, se convirtió en un pseudo protagonista de este juicio por emular la perversidad de la menta humana. La realidad pasa frente a nosotros cuando con nuestros actos de injusticia, permitimos que el inocente sea el que pague el error del culpable. Como cuando emitimos un falso juicio o levantamos una calumnia contra uno de nuestros hermanos -en el sentido figurado- haciendo que este caiga en desgracia. Lo que ahora tenemos que hacer es, arrepentirnos y creer en aquel que con extremado silencio, se encargó de pagar por todas nuestras culpas. No hagamos más el Barrabas y sigamos el Camino que Cristo nos marcó.

Dios te bendiga

OTRA ATROCIDAD