Devocionales de Alfonso Gomez Plaza: DEVOCIONAL CRISTIANO

RECLAMA LO QUE ES TUYO

Se tiene autoridad solo sobre lo que se ama.

EL versículo bíblico dice: La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos. Alrededor nuestro, siempre estamos acompañados de nuestros familiares. Muchos de ellos, no tienen a Dios como Rey de sus vidas. En todo caso, será todo lo contrario, están tan alejados de Dios que solo pueden vivir en caos y evidentemente la paz que deberían manifestar, no pueden vivirlo. En la Biblia tenemos una curiosa historia: Abraham tenía un sobrino llamado Lot. De buenas ganas ambos se separaron y Lot tomó el mejor camino a seguir en medio del desierto con pastos y aguas para él y sus animales. Un día el rey Quedorlaomer invadió el territorio y secuestró a Lot y a sus familiares. En el preciso momento que Abraham se enteró de esta situación, tomo a trescientos dieciocho de sus jornaleros y le hizo frente a los ejércitos de cinco reyes diferentes que dominaban la región. Abraham tenía el suficiente conocimiento acerca de la autoridad y el amor que sentía por Lot que no tuvo miedo de enfrentarse a este grupo de cinco reyes dirigidos por Quedorlaomer. Para Abraham, Lot era mucho más que el hijo de Hay, pues él, lo tomó como hijo con la muerte de su hermano. Y ahora Lot, estaba secuestrado, y Abraham no dudo en reclamar lo que era suyo por el amor que le tenía y por la autoridad que tenía sobre la vida de Lot.

“CUANDO LLEGÓ LA NOCHE, PORQUE ERA LA PREPARACIÓN, ES DECIR, LA VÍSPERA DEL DÍA DE REPOSO, JOSÉ DE ARIMATEA, MIEMBRO NOBLE DEL CONCILIO, QUE TAMBIÉN ESPERABA EL REINO DE DIOS, VINO Y ENTRÓ OSADAMENTE A PILATO, Y PIDIÓ EL CUERPO DE JESÚS.”

Marcos 15. 42-43 RV60

Parecer ser que, con ese mismo amor, poder y autoridad, José de Arimatea reclamó lo que era suyo, el cuerpo inerte de Jesús de Nazaret. José no sabía nada del milagro que ha de suceder. Por ello, él a pesar de haber sido testigo de la traición de Judas, el rechazo de los clérigos, no dudó ni un solo segundo de reclamar el propio Pilato el cuerpo de Cristo, inclusive así le constara su propia vida. Al igual que Abraham, José corrió el riesgo de enfrentarse al gobernador romano y a la cúpula eclesiástica de la época. José reclamó lo que era suyo, el cuerpo del Maestro, el cuerpo de Hijo de Dios.

“PILATO SE SORPRENDIÓ DE QUE YA HUBIESE MUERTO; Y HACIENDO VENIR AL CENTURIÓN, LE PREGUNTÓ SI YA ESTABA MUERTO. E INFORMADO POR EL CENTURIÓN, DIO EL CUERPO A JOSÉ, EL CUAL COMPRÓ UNA SÁBANA, Y QUITÁNDOLO, LO ENVOLVIÓ EN LA SÁBANA, Y LO PUSO EN UN SEPULCRO QUE ESTABA CAVADO EN UNA PEÑA, E HIZO RODAR UNA PIEDRA A LA ENTRADA DEL SEPULCRO.”

Marcos 15. 44-46 RV60

El adversario cuando nos ve muertos, considera que ya no tiene nada más que hacer con nosotros. Simplemente considera que su misión ha terminado. Por eso Cristo declaró: Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame. Es necesario morir diariamente, así el adversario sabrá que nada tiene que hacer con nosotros, pues ya no vivimos nosotros sino que vive Cristo en nosotros. De la misma manera, si tenemos familiares que necesitando ser liberados, reclamemos lo que es nuestro y permitamos que Dios actué nuevamente de la misma forma con Abraham y con José de Arimatea, para darle la gloria y honra a Dios.

Dios te bendiga.

RECLAMA LO QUE ES TUYO