SERÉ YO SIEMPRE EL PRIMERO
Los primeros serán los últimos y los últimos
serán los primeros.
NO se trata de una
enseñanza contradictoria la que anhelo presentar hoy. En ningún momento vamos a
ver una refutación en las Escrituras, en todo caso, nuestras interpretaciones y
traducciones bíblicas son las que causan estas taras en la lectura de la
Palabra de Dios. Para este caso, seria bueno esperar a leer el Evangelio de
Pablo y los dos versículos que pretendo enseñar. Como he podido comentar
anteriormente, en el Reino de Dios las cosas son muy diferentes a lo alcanzamos
a imaginar. Veamos lo que Dios dice por medio del profeta: Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—,
planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una
esperanza. Y en nuestro caso, y afirmando quizá, el pensamiento religioso que dice:
“Dios solo piensa en destruirme por mi
pecado”. Del mismo modo,
consideramos que el juicio de Dios inicia en aquellos que están separados de
él, pero, las Escrituras afirman totalmente lo contrario, el juicio de Dios
comienza en casa, para ser de ejemplo para las naciones. Por eso mi primera
afirmación: seré yo siempre el primero.
“TRIBULACIÓN Y ANGUSTIA SOBRE TODO SER HUMANO QUE HACE LO MALO, EL JUDÍO
PRIMERAMENTE Y TAMBIÉN EL GRIEGO,”
Romanos 2. 9 RV60
Ser testigo de Cristo pasa por ser el primero en todo tal como él lo hizo.
El primero en obedecer. El primero en entregarse. El primero en dar. El primero
en ser juzgado. El primero en amar. El primero en dar testimonio. El primero en
dar la gloria. El primero en enseñar. El primero en escuchar y así, una larga
lista de ejemplos que podemos imitar y seguir. Para el pueblo escogido de Dios
que somos actualmente su Iglesia, esta premisa ha de estar delante nuestro como
un baluarte. Por lo tanto, así comprenderemos que somos los primeros en ser
juzgados por nuestras acciones y palabras, pero sobre todo, por el amor que
manifestemos.
“PERO GLORIA Y HONRA Y PAZ A TODO EL QUE HACE LO BUENO, AL JUDÍO
PRIMERAMENTE Y TAMBIÉN AL GRIEGO;”
Romanos 2. 10 RV60
No hay escusas, no importa nuestras nacionalidades o edades, sexo o
condición socio cultural. Todos, absolutamente todos aquellos que nos
consideramos hijos de Dios y coherederos junto con Cristo, tendremos que dar
cuentas de nuestras vidas, primero delante de Dios, pero también lo haremos
delante de los seres humanos. Así ellos, los que aun no desean reconocer a
Dios, verán que él es fiel y justo, porque no hace excepción de personas.
SERÉ YO SIEMPRE EL
PRIMERO
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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente
de Cristo que ya está en ti.
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