SU JUICIO
Es mejor caer en las manos de Dios en que en
los comentarios de los individuos.
CUANDO estamos pretendiendo escribir una carta donde narramos nuestras experiencias con Dios, podemos quedarnos cortos con todo lo que debíamos decir. O, todo lo contrario, nos podemos exceder. Estoy casi seguro que el Apóstol pablo cuando estaba escribiendo la Carta a los Romanos, jamás consideró el tremendo alcance que tendrían sus escritos. Uno de los factores que debemos tener muy presente al dar nuestra confesión de fe, es asegurarnos que no estar hablando de nuestra propia justicia. Desde luego que, tampoco podemos considerar que la justicia divina algo tiene que ver con la justicia humana. Ni siquiera se acerca aun poco lo que consideramos que justo, porque recordemos otras palabras apostólicas que afirman: el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Y lo hizo por cada uno de nosotros pagando el justo precio por nuestros errores y equivocaciones. Entonces, ¿dónde está la justicia para con Cristo?
“POR LO CUAL ERES INEXCUSABLE, OH HUMANO, QUIENQUIERA QUE SEAS TÚ QUE JUZGAS; PUES EN LO QUE JUZGAS A OTRO, TE CONDENAS A TI MISMO; PORQUE TÚ QUE JUZGAS HACES LO MISMO.”
Romanos 2. 1 RV60
Me gusta mucho hacer un pequeño ejercicio cuando pretendo juzgar a alguien y es señalarlo con mi dedo. Entonces, volteo a ver toda mi mano y tengo tres dedos que apuntan a mí. De esta manera, fácilmente me retraigo de esa acusación, aunque sea fundamentada. Otro factor que me hace pensar es: ¿Cómo sé que esta persona es mentirosa? Y la respuesta es simple, porque también soy mentiroso y sé mentir. Pero cuando somos inocentes de las acciones que son condenables, no tenemos tiempo para pensar esto es o no un motivo para juzgar a cualquier ser humano.
“MAS SABEMOS QUE EL JUICIO DE DIOS CONTRA LOS QUE PRACTICAN TALES COSAS ES
SEGÚN VERDAD.”
Romanos 2. 2 RV60
Lo peor es que, si nos atrevemos a juzgar, vamos a ser juzgados por Dios. Bien
sabemos que es cosa terrible caer en las manos de Dios, pero caer en las manos
de los seres humanos, será mucho peor. No seamos tan ligeros para juzgar o ser
prejuiciosos. Entreguemos todas nuestras cargas a Dios y permitamos que él sea
quién nos libere.
Dios te bendiga.
SU JUICIO
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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente
de Cristo que ya está en ti.
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