DEVOCIONAL CRISTIANO - UN TESTIMONIO REAL

 DEVOCIONAL CRISTIANO

UN TESTIMONIO REAL

Somos el espejo de Dios en la tierra.

LA mejor manera de ser luz es estar en medio de las tinieblas. Aunque parezca contradictorio para aquellos que buscan vivir un estilo de vida alejados o mas bien enajenados de los entrecomillados pecadores. Pero esto es algo fuera de contexto y de realidad que se pueda vivir, porque todos los seres humanos somos por antonomasia pecadores. Al estar en medio de las personas que comenten injusticia, la justicia de Dios por medio nuestro puede brillar. Cuando estamos ministrando el poder el Espíritu Santo en medio de los enfermos, el amor de Dios puede ser visto por la humanidad. Si continuamos nuestra labor entre las viudas y los huérfanos, la manifestación del Reino de los Cielos seguirá siendo palpable para toda la humanidad.

“Y SI NUESTRA INJUSTICIA HACE RESALTAR LA JUSTICIA DE DIOS, ¿QUÉ DIREMOS? ¿ACASO ES INJUSTO EL DIOS QUE EXPRESA SU IRA? (HABLO EN TÉRMINOS HUMANOS)?”

Romanos  3. 5

El Evangelio de Cristo nos pide que nos comportamos de una manera específica: siendo testigos efectivos del poder y del amor de Dios. No hace falta ser perfectos, para esto tendremos toda la eternidad. Por ahora, seamos vulnerables y reconozcamos que en nuestras debilidades Dios se hace fuerte y poderoso, porque así dice la Palabra de Dios: Y Él me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. 

“¡De ningún modo! Pues de otra manera, ¿cómo juzgaría Dios al mundo?”

Romanos 3. 6

Cuando Dios demuestra su amor, primero lo hace con su pueblo. De la misma manera, cuando Dios emite un juicio, la primera ejecución se realizará en su propia Iglesia. De este modo, el resto de la humanidad y sociedad, no podrán decir que Dios es injusto. En todo caso, todo lo contrario, es tal la justicia de Dios que da muchas oportunidades y hace los arreglos en casa para que los demás seres humanos, lo vean primero sobre sus hijos. Estemos pues confiados en el amor y poder de Dios que no nos dejará desamparados, ni nos abandonará, si no que nos sostendrá para que seamos un testimonio real para la humanidad.

Dios te bendiga.

 

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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.