DEVOCIONAL CRISTIANO - TENEMOS QUE HABLARLO

DEVOCIONAL CRISTIANO

TENEMOS QUE HABLARLO 

Aunque nos callemos las piedras hablarán por nosotros.

UNA buena pregunta que nos podemos hacer hoy es, ¿cómo predicamos a Dios y Su Reino de justicia y amor, en medio de una sociedad que no quiere saber nada de él? Otra buena cuestión por analizar es: ¿cómo haremos para actualizar los conceptos eclesiásticos conservando lo esencial del Evangelio de Cristo pero llevando a la congregación a las necesidades de la sociedad del siglo veintiuno? Cómo predicador del Evangelio de Cristo, me tengo que enfrentar a estas dificultades en cada una de las enseñanzas que preparo y que comparto en diferentes grupos que me invitan. En algunas ocasiones, he tenido que callar porque desconozco la situación socio cultural de los oyentes y en otras, simplemente me he equivocado, con ello, he ofendido a muchos, pero nunca a sido con maldad. Lo que sí tengo claro es, tengo que hablar de Cristo, porque si no, soy directamente responsable de las almas de aquellas personas que Dios pone en mi camino. 

“¿CÓMO, PUES, INVOCARÁN A AQUEL EN EL CUAL NO HAN CREÍDO? ¿Y CÓMO CREERÁN EN AQUEL DE QUIEN NO HAN OÍDO? ¿Y CÓMO OIRÁN SIN HABER QUIEN LES PREDIQUE?”

Romanos 10.14

El Evangelio de Cristo van a avanzar y se va a extender, independientemente si actuamos o no. Si hoy, no queremos evangelizar (hablar de las Buenas Nuevas de Salvación) a las personas que nos rodean o que Dios pone a nuestro alrededor, tranquilos que Dios enviará a alguien hacerlo. Es mas, si esa otra persona enviada por Dios no quiere hacerlo, es decir, predicar el Evangelio de Cristo, la respuesta de Jesucristo es: Respondiendo Él (Jesús de Nazaret), dijo: Os digo que si estos callan, las piedras clamarán.

 

“¿Y CÓMO PREDICARÁN SI NO FUEREN ENVIADOS? COMO ESTÁ ESCRITO: ¡CUÁN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN LA PAZ, DE LOS QUE ANUNCIAN BUENAS NUEVAS!”

Romanos 10.15

Una mentira que debo destapar es: solo los misioneros y predicadores deben llevar las Buenas Nuevas de Salvación a la humanidad. Jesucristo encomendó está labor a todos los cristianos por medio de la Gran Comisión o el Gran Mandato: Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. No esperamos a ser enviados por una congregación o ser ordenados para predicar el Evangelio, porque las palabras de Jesucristo fueron muy claras y hoy se nos demanda acerca de ellas: Te requiero delante de Dios y de Cristo Jesús, quien ha de juzgar a los vivos y a los muertos tanto por su manifestación como por su reino: Predica la palabra; mantente dispuesto a tiempo y fuera de tiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y enseñanza. Porque vendrá el tiempo cuando no soportarán la sana doctrina; más bien, teniendo comezón de oír, amontonarán para sí maestros conforme a sus propias pasiones y, a la vez que apartarán sus oídos de la verdad, se volverán a las fábulas. Pero tú, sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista; cumple tu ministerio.

 

Dios te bendiga.

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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.