DEVOCIONAL CRISTIANO
SIN JUICIO ALGUNO
Cómo nos cuesta mirar a los demás sin emitir juicio alguno.
HACE muy poco tiempo estuve de vacaciones en Colombia por un par de semana. Allí, pude comprobar un poco de la realidad que se vive con la inmigración. Ya fuera en Pereira o en Manizales, observe grupos de familias, tiradas en el suelo, reclamando una ayuda financiera por parte de los viandantes. Sin embargo, lo logré diferenciar cuales eran inmigrantes, desplazados, o residentes de cada una de dichas ciudades. Al final, solo puedes lograr cubrir tan solo un 5% de ayudas del montón diario que te pide. Es casi imposible, cubrir el 100% en ayudas económicas de la cantidad de personas necesitadas que hay. A pesar de mis imperfecciones, no cruce la línea delgada del juicio, es decir, a quien pude ayudar, lo hice sin cuestionarme nada sobre si estaba mintiendo o no, o en qué utilizaría aquello que le estaba dando. Porque, dentro de la Mente de Cristo está, el dar sin emitir juicio alguno.
“EL QUE COME DE TODO NO DEBE MENOSPRECIAR AL QUE NO COME CIERTAS COSAS, Y EL QUE NO COME DE TODO NO DEBE CONDENAR AL QUE LO HACE, PUES DIOS LO HA ACEPTADO.”
Romanos 14.3
Oremos juntos: Padre Celestial, Amado Dios ayúdame a ver a la humanidad de la misma manera que tú lo haces. Hazme ver a mi prójimo con el mismo amor que tú lo ves. Ayúdame a demostrar a Cristo y que él está vivo en mí.
No debería de existir nada que nos lleve a limitar nuestra relación con los seres humanos. Yo recuerdo cuando estaba en la escuela como me afirmaban en la necesidad de aceptar a todos los seres humanos sin importar el color de la piel, las creencias o el estatus socio-cultural que nos separara. El Evangelio de Cristo, ha de ser una fuente de unión antes que de división. Tenemos que ser agentes aglutinadores en medio de una sociedad cada vez más quebrantada. Recordemos lo que dijo Jesús de Nazaret: El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Cristo nos da fortaleza para unificar, el adversario solo pretende dividirnos. Justamente, el comer o no hacerlo de la misma manera que lo haríamos nosotros, es una mera excusa para estar divididos.
“¿QUIÉN ERES TÚ PARA JUZGAR AL SIERVO DE OTRO? QUE SE MANTENGA EN PIE, O QUE CAIGA, ES ASUNTO DE SU PROPIO SEÑOR. Y SE MANTENDRÁ EN PIE, PORQUE EL SEÑOR TIENE PODER PARA SOSTENERLO.”
Romanos 14.4
Oremos juntos: Jesucristo, tú no hiciste ningún tipo de excepción de personas. Tú, uniste al ser humano con Dios el Padre Celestial. Abriste el Reino de los Cielos, para pecadores y personas dolidas y maltratadas. Mil gracias por tu amor, bondad, y misericordia demostrada a cada uno de nosotros.
Jesús de Nazaret, se preocupó por lo que el ser humano estaba viviendo. Jesucristo le dio importancia a los problemas existenciales de los hombres y de las mujeres de su alrededor. Jesucristo, los dignificó y les dio estatus de Hijos de Dios. Dos mil años después, estas condiciones están disponibles para cada uno de nosotros, también para los que aun no reconocen a Cristo como su Salvador. Entonces, será nuestra responsabilidad dar a conocer el Evangelio de Cristo, a tiempo y fuera de él, para que el Reino de los Cielos se siga extendiendo y sin juicio alguno.
Dios te bendiga.
SIN JUICIO ALGUNO
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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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