DEVOCIONAL CRISTIANO -VESTIDOS DE CRISTO

 

DEVOCIONAL CRISTIANO

VESTIDOS DE CRISTO

La estatura de Cristo debe ser nuestro ideal.

    HACE tiempo leí y escribí: soy cristiano y no una persona perfecta. Diariamente lucho por no ceder ante la tentación y desde luego, no pecar. De la misma manera, he escrito en muchas ocasiones que por mi carácter fuerte y explosivo, suelo perder la compostura fácilmente. Trato de controlar mi ansiedad  e inseguridades, porque literalmente pierdo la batalla y me atiborro a comer desmedidamente, aun sabiendo que me hace daño y afecta mi salud. Y aunque no lo crean, soy una persona tímida, pero para combatir este estado, me he convertido en una persona extrovertida y atrevida. Día tras día, debo de luchar por mantener a raya esa timidez. Me gustaría dormir horas y quedarme viendo documentales de naturaleza todo el día. Para ir en contra de ello, me dedico a buscar de Dios las 24 horas del día, aunque me disperse fácilmente. Menos mal que, cuando me acerco a buscar de esa presencia de Dios, sé que él me ve porque estoy vestido (más bien disfrazado) de su Hijo Jesucristo. De esta manera, Dios no ve mis imperfecciones, sino que ve el reflejo y el olor de Jesús de Nazaret en mí. 

“LA NOCHE ESTÁ AVANZADA, Y SE ACERCA EL DÍA. DESECHEMOS, PUES, LAS OBRAS DE LAS TINIEBLAS, Y VISTÁMONOS LAS ARMAS DE LA LUZ.”

Romanos 13.12

Oremos juntos: Dios, tu Luz es suficiente para mí. Te ruego por el amor que me tienes a través de tu Hijo Jesucristo, que me sigas viendo vestido de de él. Perdona mis pecados, mis faltas, mis dudas, mi falta de fe y ayúdame a entregar todo mi ser a ti para que tu seas glorificado.

Esta realidad de nuestras condición de débiles y pecadores, tiene que estar presente en nuestras mentes y no tratar de negarlo, porque simplemente, está ahí y solo podemos vencerlo, cuando la Mente de Cristo, actúa en nosotros. Jesús de Nazaret, se entregó por cada uno de nosotros en la Cruz del Calvario. Allí él murió, pero al tercer día, con poder y autoridad resucitó. Con ello, derroto a la muerte, las tinieblas y al adversario. Nos dio la salvación, nos recompró y reunificó con el Padre Celestial, para que, en la eternidad, disfrutemos de su paz. 

 

 

“ANDEMOS COMO DE DÍA, HONESTAMENTE; NO EN GLOTONERÍAS Y BORRACHERAS, NO EN LUJURIAS Y LASCIVIAS, NO EN CONTIENDAS Y ENVIDIA, SINO VESTÍOS DEL SEÑOR JESUCRISTO, Y NO PROVEÁIS PARA LOS DESEOS DE LA CARNE.”

Romanos 13.13-14

Oremos juntos: Jesucristo, si tú lo hiciste, probablemente con tu ayuda, yo también lo haré. Por eso, te entrego el trono de mi vida, te nombro mi Redentor y Salvador. Ayúdame a escuchar tu voz y permite que tu Espíritu Santo me guíe a tu estatura. 

No se trata pues, de llevar una máscara como lo haría un hipócrita. Se trata de realmente comprender que nunca podremos hacerlo por nuestra propia cuenta. Más bien, cuando reconocemos nuestra debilidad, permitimos que por medio de Cristo Jesús, seamos fortalecido. Por la eternidad daremos gloria a Dios, aprovechemos este tiempo para revestirnos de Cristo y gozar de la salvación desde ya. Enseñemos este mensaje a toda la humanidad, porque todas la criaturas están esperando que nosotros demostremos que Cristo está vivo.

 

Dios te bendiga. 

VESTIDOS DE CRISTO

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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.