DEVOCIONAL CRISTIANO
BENDITA CAUSALIDAD
Solo hay un Camino para llegar a Dios, Jesucristo.
¿CÓMO podemos estar seguros qué estamos alineados con el cielo? En otras palabras, ¿tenemos la certeza de estar haciendo la perfecta voluntad de Dios? Durante muchos creí en las casualidades de la vida. Como cuando conoces a alguien que te potencializa y consideras que fue una casualidad poder coincidir con dicha persona. Sin embargo, cuando comprendí el para qué estaba yo en esta vida y compartiendo del poder de Dios con otras personas, comprendí que no existían las casualidades sino que, Dios permitía la casualidad para que el Reino de los Cielos continuara con su extensión, si o si. Entonces, comencé a entrelazar que todo lo que se sucedía tenía una causa divina, por lo tanto, dejé de preguntarle a Dios ¿por qué me está pasando esto tan malo? Y en mis conversaciones con Dios, inicié otra manera de relacionarme con él, así que, mis preguntas ahora eran: ¿para qué Dios permites que esté viviendo esto y qué necesitas que yo haga para la extensión del Reino de los Cielos con esta situación que estoy teniendo?
“PEDRO Y JUAN SUBÍAN JUNTOS AL TEMPLO A LA HORA NOVENA, LA DE LA ORACIÓN.”
Hechos 3.1
Oremos juntos: Mi Dios, estar en tus manos es lo mejor que me pudo pasar en la vida. Ahora estoy seguro y protegido aunque las tinieblas me rodeen. Pon en mi el querer como el hacer para hacer siempre tu santa y perfecta voluntad. En el nombre de Jesucristo. Amén
La vida siempre debe continuar y nada la va a detener. El cuadro que nos está pintando Lucas nos deja ver que los apóstoles han entendido el para qué han recibido el poder del Espíritu Santo. Todos esos cuestionamiento del por qué Jesús de Nazaret padeció tan terriblemente, dio paso a ¿Dios mío, ahora qué hay que hacer? ¿A quién hay que curar o quién necesita de amor? Es decir, todos los discípulos de Cristo, entraron en la dinámica de la bendita causalidad que nos ofrece Dios para la extensión del Reino de los Cielos.
“Y ERA TRAÍDO UN HOMBRE COJO DE NACIMIENTO, A QUIEN PONÍAN CADA DÍA A LA PUERTA DEL TEMPLO QUE SE LLAMA LA HERMOSA, PARA QUE PIDIESE LIMOSNA DE LOS QUE ENTRABAN EN EL TEMPLO.”
Hechos 3-2
Oremos juntos: Dios mío, anhelo extender el Reino de los Cielos por ello, te digo ¿qué quieres que haga? Dios mío, tu sabes que nada tengo especial, pero, si tu usaste una burra para enseñarle a un profeta, con total honestidad: ¡Heme aquí, envíame a mí!
La escena sigue, por otro lado, unas personas desconocidas, llevan a su familiar para que mendigue como hasta ahora lo viene haciendo. Pero sin saberlo, ellos, harán parte de la bendita causalidad. Es decir, la bendita casualidad abarcará nuestras vida aunque no queramos o pretendas ir en favor de ella. Dios es Dios y su soberanía es insuperable. Nosotros como hijos de Dios, debemos aprender a aprehendernos de las realidades divinas y dar paso al actuar del Espíritu Santo de Dios. Dejemos de estar reteniendo Su poder y acojamos a la bendita casualidad que Dios tiene diseñada para cada uno de nosotros.
Dios te bendiga. Recuerda de compartir este texto a todas las personas que más puedas.
BENDITA CAUSALIDAD
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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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