DEVOCIONAL CRISTIANO
¡MÍRANOS!
Se pierde la vista al horizonte muy fácilmente.
LA mayoría de accidente automovilísticos se producen por una distracción. Estas distracciones pueden comprender desde contestar el teléfono, una discusión familiar, sueño o simplemente, dejar de mirar al horizonte y concentrarse en lo que se tiene alrededor en vez de, mirar al frente para no chocarse. Muy probablemente, solo seremos conscientes de esta prioridad después de tener dicho accidente. La cuestión es ¿sí no nos hubiéramos entretenido, si hubiésemos sostenido la mirada en el horizonte, no hubiéramos provocado un accidente donde alguien perdió la vida? Jesús de Nazaret dijo: Jesús le respondió: —Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios. Más adelante, el autor de Hebreos nos dice: puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe. Por lo tanto, nosotros no podemos entretenernos ni desviar la vista de Jesucristo, porque él, a través de su Espíritu Santo, nos guía, por eso, desde los cielos hoy nos gritan: ¡míranos!
“CUANDO ÉSTE VIO QUE PEDRO Y JUAN ESTABAN POR ENTRAR, LES PIDIÓ LIMOSNA.”
Hechos 3.3
Oremos juntos: Amado Dios, tu conoces mi entrar y mi salir, por eso, tu sabes que fácilmente de distraigo pero, no quiero que me consideres que no soy digno del Reino de los Cielos, porque mi pasión es poder extender tu Reino a tiempo y fuera de él.
Existe un refrán que dice: vino por lana y salió trasquilado. Este hombre que fue a mendigar, espera recibir de los apóstoles algo de dinero para poder seguir tirando de economía y comenzar bien el día. Sin embargo, Pedro y Juan, que tenían los ojos puestos en el cielo y andaban haciendo la voluntad de Dios, sabían que tendrían que hacer algo diferente con este hombre mendigo. Es que muchas veces, nos quedamos esperando que Dios nos responda conforme a lo que tienen nuestros corazones y en algunos casos, Dios responderá de maneras que nosotros menos lo esperemos.
“PEDRO, CON JUAN, MIRÁNDOLO FIJAMENTE, LE DIJO: ¡MÍRANOS!”
Hechos 3-4
Oremos juntos: Dios mío, ayúdame a entender cuando tu responde de maneras que no esperaba, porque sé que, esta ha sido tu santa y perfecta voluntad. Te lo pido en el nombre de Jesucristo, amén.
Como dice el autor de Hebreos, no debemos perder la vista de Jesús, sino que de manera consciente, sigamos adelante esperando hacer la voluntad de Dios y así, seguir extendiendo el Reino de los Cielos en todo momento. De algo que podemos estar completamente seguros es que, cuando nos distraigamos, desde los cielos nos gritaran: ¡MÍRANOS!
Dios te bendiga. Recuerda de compartir este texto a todas las personas que más puedas.
¡MÍRANOS!
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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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