DEVOCIONAL CRISTIANO- NOSOTROS SOMOS TESTIGOS

 DEVOCIONAL CRISTIANO

NOSOTROS SOMOS TESTIGOS

El humo precede el fuego que ha de venir.

    TENEMOS una vida cristiana completa por vivir. A consecuencia de esta vida, debemos tener un buen estilo de vida, donde demostramos que el Espíritu Santo gobierna en nosotros. Esto es vital para ser testigos del poder de Dios para los demás. No se trata pues, de vivir una vida con una doble moral. Se trata de ser personas integras. Aprendamos a decir si y que ese si, este avalado por nuestras correctas acciones. En ese mismo camino, cuando tenemos que decir no, sea demostrado por aquello que Jesús de Nazaret también dijo también que no. Quizás, está sea una de las maneras de identificar que estamos actuando conforme a la Mente de Cristo. Porque  al considerar sí Cristo lo hubiera hecho o no, estamos reflexionando sobre el carácter de Cristo y estamos haciendo un ejercicio de extrapolación de la Palabra de Dios en cada uno de nosotros. Después de esta consideración, el Espíritu Santo nos mostrará, porque hemos orado Su guía, el versículo bíblico que sustente ese si o ese no. Porque al fin y al cabo, nosotros solos testigos fieles del poder de Dios para demostrárselo y decírselo a los demás. Recordemos que damos por gracia porque por gracia recibimos. Hoy estamos cerca de Dios, porque otros, sembraron en nosotros.

   

“ASÍ QUE, VIENDO ANTICIPADAMENTE LA RESURRECCIÓN DEL MESÍAS, DAVID HABLÓ DE ELLA Y DIJO QUE EL MESÍAS NO SE QUEDARÍA EN EL SEPULCRO NI SU CUERPO SE DESCOMPONDRÍA.” 

Hechos 2.31

Oremos juntos: Jesús de Nazaret. Tu naciste como el Hijo de Dios, pero en tu pasión, muerte y resurrección te hiciste mi Salvador, Redentor y Sanador. Por ello, te declaro como mi Rey y te pido que gobiernes en mi mente. Espíritu Santo, actúa con el mismo poder de resurrección en mi vida cómo actuaste con Jesús de Nazaret. Amén. 

David a pesar de sus pecados, fue un hombre integro. Por eso, cuando fue corregido por el Profeta Nathan, inmediatamente se arrepintió.  David con sus acciones de arrepentimiento y adoración a Dios, fue testigo del poder de la misericordia, amor y gracia dada por Dios a toda la humanidad. De este modo, David sembró tanto qué, por los siglos de los siglos, su cosecha se recogerá porque su nieto Jesús de Nazaret, resucitó de entre los muertos y está sentado a diestra de Dios Padre. Jesucristo gobierna desde los cielos y, a su vez, a través de su Espíritu Santo gobierna en nuestras mentes.

 

“PUES BIEN, DIOS HA RESUCITADO A ESE MISMO JESÚS, Y DE ELLO TODOS NOSOTROS SOMOS TESTIGOS.” 

Hechos 2.32

Oremos juntos: Amado Dios, físicamente yo no estuve presente en el momento de la resurrección de Jesucristo. Sin embargo, yo soy testigo vivo del poder del amor tuyo porque sé que Cristo está vivo gobernando en mi mente y guiando mi vida.

La importancia de ser testigos de Dios es para que otros lleguen a conocer el verdadero Dios. Sembramos pero no para nosotros mismos. Pues, sembramos para que otros lleguen a tener este amor, esa paz, esa prosperidad, ese poder, esa sanidad, mejor dicho, damos testimonio vivo de que el Reino de los Cielos se ha instaurado para siempre en toda la humanidad, de este modo, todos los seres humanos sean salvos y vivan la libertad dada por Dios.

Dios te bendiga. Recuerda de compartir este texto a todas las personas que más puedas.

NOSOTROS SOMOS TESTIGOS

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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.