DEVOCIONAL CRISTIANO - APROVECHA LA OPORTUNIDAD

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José llegó a ser primer ministro por su fidelidad a Dios.

    ¡NO mal que por bien no venga!, grita mi vieja. Según los textos bíblicos se dice: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito”, Rom. 8, 28. En el estudio anterior se habló que las persecuciones a la Iglesia de Cristo no es algo nuevo y, contrario a lo que se considera, esa persecución irá cada vez a más. Es decir, aunque oremos y clamemos a Dios para que nos libre de este acoso y Dios lo haga, este asedio se ha de dar para que se cumplan los planes divinos para la Iglesia de Jesucristo. Ahora bien, ¿cuál será la actitud que se tome frente a tan dura situación? Y la respuesta a ello, hará la diferencia entre ser un triunfador o seguir arrastrando una dura carga cuesta arriba, pues, la palabra de Dios, en ese mismo capítulo de Romanos  dice: Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó, Rom. 8, 37.

“PRENDIERON A PEDRO Y A JUAN Y, COMO YA ANOCHECÍA, LOS METIERON EN LA CÁRCEL HASTA EL DÍA SIGUIENTE.” 

Hechos 4, 3

Oremos juntos: Papito Dios, aquí estoy, no sé qué hacer ni cómo hacerlo, pero lo que sí sé es, que tú amor, gracia y misericordia por mí es tan alta, que enviaste a tu Hijo Jesucristo a morir por mi en la Cruz del Calvario y que el Espíritu Santo tuyo, vive en mí y me dará las fuerzas y estrategias suficientes para aprovechar todas las oportunidades que tú, oh Dios, me des.

Pedro y Juan están de camino a la cárcel. Ellos, los apóstoles, serán privados de su libertad por hablar la verdad y hacer exactamente la voluntad de Dios. Sin embargo, ellos rentabilizaron ese momento y dieron lo mejor de sí mismos a pesar de la circunstancia que estuvieran viviendo. Del mismo modo, cuando se lee la historia de José en el AT, en el libro de Génesis (capítulo 30:22-24; capítulos 37 y del 39 al 50), se comprende que José supo aprovechar cada una de las oportunidades que Dios le brindó así estás fueran malas para su vida.

“PERO MUCHOS DE LOS QUE OYERON EL MENSAJE CREYERON, Y EL NÚMERO DE ÉSTOS LLEGABA A UNOS CINCO MIL.” 

Hechos 4, 4

Oremos junto: Jesús de Nazaret, en tu tiempo terrenal, hiciste siempre la voluntad del Padre Celestial y esto te llevó a ser juzgado, sentenciado, crucificado. Pero Dios, aprovechó esa oportunidad para redimir a toda la humanidad y dar a los seres humanos la oportunidad de la vivir una vida eterna junto a ti. Ayúdame a ser más como tú. Ayúdame a extender el reino de los Cielos y llevar tu evangelio a todas las naciones.

Amén

5000 personas creyeron en el mensaje de libertad de Jesús de Nazaret. 5000 personas en un día aceptaron la voluntad de Dios Padre porque dos seres humanos singulares no se dejaron amedrentar por la persecución que estaban sufriendo y encontraron la estrategia divina a seguir. 5000 almas que disfrutan de la presencia eterna de Dios. 5000 personas es una cifra bastante envidiable que mínimo ha de causar un sentimiento de desafío para llegar a más personas con el mensaje de la salvación en Jesucristo a pesar de la persecución, de la violencia, del asedio que como Iglesia de Cristo se pueda estar soportando. Por favor, no se puede uno quedar lamiendo las heridas, en todo caso, uno debe seguir adelante a pesar de… recordemos el ejemplo de Jesús de Nazaret y si en todo caso, este es demasiado alto para la concepción de la mente, tengamos en cuenta los padecimientos del apóstol Pablo: Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?, 2 Cor. 11, 23-29

Dios te bendiga. Recuerda de compartir este texto a todas las personas que más puedas.

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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.