DEVOCIONAL CRISTIANO - LO QUE EL HUMANO MATA, DIOS LO RESUCITA

 DEVOCIONAL CRISTIANO

LO QUE EL HUMANO MATA, DIOS LO RESUCITA

Si se está haciendo la voluntad de Dios, él siempre respaldará las acciones.

    LO que el humano mata, Dios lo resucita fue el título que di a mi trabajo final de una materia llamada Lucas-Hechos en la universidad que estudio y obtuve un 9 sobre 10. En dicho trabajo, expongo cómo en cuatro ocasiones en el libro de los Hechos se narra la resurrección de Jesús de Nazaret con la conclusión que por más el ser humano se esfuerce en destruir la creación y los planes de Dios, Dios lo va a resucitar como en el caso de Jesús de Nazaret o levantará ministros y ministerios para el caso de todos aquellos que estamos pretendiendo extender el Reino de los Cielos, ahora bien, se debe ser consciente que cuando se hace la voluntad de Dios, él mismo respaldará las acciones necesarias para cumplir su voluntad. Sin embargo, para el ser humano, el problema surge cuando no sabe diferenciar entre hacer la voluntad de Dios y seguir sus instintos o caprichos de vida para que se cumpla la voluntad o deseo del ser humano sin importarle el concepto y/o preceptos de Dios. 

“SEPAN, PUES, TODOS USTEDES Y TODO EL PUEBLO DE ISRAEL QUE ESTE HOMBRE ESTÁ AQUÍ DELANTE DE USTEDES, SANO GRACIAS AL NOMBRE DE JESUCRISTO DE NAZARET, CRUCIFICADO POR USTEDES PERO RESUCITADO POR DIOS.” 

Hechos 4, 10

Oremos juntos: Padre Celestial, no puedo negar que lucho constantemente por saber si estoy haciendo tu voluntad, y para sorpresa mía, compruebo que sigo son mis caprichos y bajo la seudorespuesta que me dio, logro calmar mi culpa, pero, debo aprender a hacer solo tu santa y perfecta voluntad, porque quiero extender tu Reino y que siempre tu santo nombre sea exaltado. 

Cuando comencé mi ministerio, los ancianos gobernantes de la congregación donde yo asistía, me negaron el llamamiento y desde luego, no me dieron la aprobación de asistir al seminario bíblico. Cuando llegué a España, en las dos primeras iglesias que asistí, no me tuvieron en cuenta para ejercer ministerio. El hecho de estar aquí en Inglaterra y con el factor cultural en mi contra, no me ha sido posible entrar fácilmente a trabajar en las tres iglesias que he asistido. Ojo, espero poder reintegrarme a una congregación ahora en finales de septiembre, principios de octubre, siempre y cuando sea esta la voluntad de Dios. Porque lo que el humano mata, Dios lo resucita.

“JESUCRISTO ES LA PIEDRA QUE DESECHARON USTEDES LOS CONSTRUCTORES, Y QUE HA LLEGADO A SER PIEDRA ANGULAR.” 

Hechos 4, 11

Oremos junto: Jesús de Nazaret, ayúdame a hacer tu santa y perfecta voluntad. Sé que peco constantemente, pero, ayúdame a escuchar y obedecer la voz de tu Espíritu Santo. Jesucristo, tu eres mi meta a seguir porque en mi corazón esta el firme deseo de llegar a estar a tu estatura. Amén.

Reitero, el problema está en que se hace la voluntad del ser humano y no la voluntad de Dios, a consecuencia de ello, tristemente, cuando surgen los problemas y desavenencias, se le exige a Dios respaldo, pero, Dios solo debe respaldar a aquellos que tienen Jesús de Nazaret cómo la piedra angular de su vida, por lo tanto, hace la perfecta voluntad de Dios. Si, se tiene todas las de perder; el apóstol dijo: Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado, Rom. 7, 19-25. A pesar de todo esto, se debe estar confiado en la gracia de Dios porque: Por medio de Cristo, Dios nos asegura que todo eso es cierto. Pero nosotros no somos capaces de hacer algo por nosotros mismos; es Dios quien nos da la capacidad de hacerlo. Ahora Dios nos ha preparado para que anunciemos a todos nuestro nuevo compromiso con él. Este nuevo compromiso no se apoya en la ley, sino en el Espíritu de Dios, 2 Cor. 3, 4-6.

Dios te bendiga. Recuerda de compartir este texto a todas las personas que más puedas.

LO QUE EL HUMANO MATA, DIOS LO RESUCITA

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