DEVOCIONAL CRISTIANO
IMPOSIBLE CALLARME
Solo obedezco a los mandatos divinos.
PRIMERO que todo, deseo explicar mi ausencia durante casi dos meses sin publicar un devocional. Dentro de las muchas obligaciones personales que tengo, este semestre en la universidad ha sido muy denso, y si quiero rendir adecuadamente, debo concentrar mis pensamientos en hacer buenos trabajos, pues, de los estudios teológicos de hoy, dependerá mucho de lo que enseñe mañana. Sin embargo, no puedo negar que todos los lunes, miércoles y viernes, mis deseos de escribir me reclamaban la necesidad de volver hacer estudios acerca de las verdades que el Espíritu Santo me habla al oido. Por ello, no es casualidad que el título de este sea: “imposible callarme”, porque dentro de mi, hervía la necesidad de hacerlo. Porque el dueño de este don de escribir, el Espíritu Santo, hace que cada poro de mi cuerpo respire delante del deseo de hablar la mayor verdad del mundo: “el Padre Celestial nos ama y está anhelando tener una relación íntima y personal con cada uno de nosotros”.
“Pero Pedro y Juan replicaron: ¿Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en vez de obedecerlo a él? ¡Júzguenlo ustedes mismos!”
Hechos 4, 19
Oremos juntos: Padre Celestial, anhelo de tu presencia de tu gracia en mi vida. Dios mio Santo, me presento delante de tu altar para confesar quien soy, pero, a su vez, y a pesar de mi pecado, reconozco que si no fuera por la sangre de Cristo, hoy estaría perdido y sin ninguna posibilidad, por eso, mil gracias por la salvación y la vida eterna.
En el primer versículo, nos encontramos la sabia respuesta por parte de los apóstoles frente a sus acusadores. Sería prudente recordar que ellos están delante del Sanedrín porque han sanado a un minusválido en el Nombre de Jesús de Nazaret y que ellos, es decir, el concilio de religiosos, desean callarlos y que no sanen más en Nombre de Jesús. De ahí que, ellos, Pedro y Juan, les reclamasen que no es justo desobedecer a Dios y por lo tanto, que si ellos estaban dispuestos, que se convirtieran en jueces, incluso, sobre las decisiones de Dios.
“Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.”
Hechos 4, 20
Oremos junto: Jesús de Nazaret, si tu me dices que avance, yo lo haré. Si tu me pides que me detenga, yo lo haré. Si tu me pides que escale una montaña, yo lo haré y si en todo caso me pides que descienda por un abismo, así mismo lo haré, porque he estudiado tus ejemplos en la Biblia y sé que tu obediencia al Padre, te llevó a la muerte y con ella, el triunfo sobre la muerte, los infiernos y sobre Satanás. Amén.
Durante estos dos meses no me he callado no un solo momento sobre el Reino de los Cielos. Aunque parezca mucho el tiempo y que tenemos todo el tiempo del mundo, en realidad, la vida es muy corta como para callarse toda una vida de bendición constante por parte de Dios. Por último, cuando uno tiene una verdadera y fructífera relación con Jesús de Nazaret, es imposible callarse esta verdad para que muchas otras personas lleguen a conocerle y con ello, todos los seres humanos, disfruten de la bendición de ser hijos de Dios.
Dios te bendiga. Recuerda de compartir este texto a todas las personas que más puedas.
IMPOSIBLE CALLARME
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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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