DEVOCIONAL CRISTIANO
MÁS DE 40 AÑOS
Las cosechas se pierden por la falta de conocimiento de los tiempos.
¿CUÁNTO tiempo llevas esperando una respuesta por parte de Dios acerca de una oración específica? En el libro de Gálatas, el Apostol Pablo aclara que si no nos cansamos de hacer el bien, dígase orar, buscar de Dios, clamar, ayunar y/o trabajar en pro de esa bendición (ojo, no digo que tengamos que ayudarle a Dios), a su debido tiempo recogeremos la cosecha. En todo caso, en la parte intermedia del texto, el Apóstol reconoce la posibilidad de desmayar por esperar esa respuesta. Y que, es muy natural para el ser humano, desesperarse por la respuesta que no llega. Consideremos nada mas cercano el hecho que, la depresión se manifiesta al vivir anclado al pasado; del mismo modo, la ansiedad se vive porque no se tiene confianza en el porvenir. Por lo tanto, esto nos da a entender que nuestra incapacidad por esperar la respuesta de Dios, nos lleva a vivir situaciones extremas y en muchos casos, nos perdemos de la propia bendición porque no estamos en el lugar y el momento mismo de la bendición. Aquí la pena recordar que Dios nunca llega tarde, mucho menos se adelante. En todo caso y con toda seguridad, Dios siempre llega y da su respuesta en el tiempo oportuno.
“Ellos entonces, después de amenazarlos, los soltaron, no hallando ningún modo de castigarlos, por causa del pueblo, porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad tenía más de cuarenta años!”
Hechos 4, 21-22
Oremos juntos: Padre Celestial, solo tu gracia, amor y misericordia es la que nos sustenta día tras día. En ciertas ocasiones sentimos rendirnos en las metas y objetivos que nos hemos propuesto. Tristemente, así nos perdemos de la bendición diseñada por ti para cada uno de nosotros. Por eso, en el Nombre de Jesús de Nazaret, te rogamos que nos des la fortaleza para esperar el tiempo oportuno de tu bendición.
Posiblemente este hombre estuvo esperando la bendición de ser sano por lo menos por treinta y cinco años. Pongo esta fecha considerando que él como niño, habrá sido consciente de su dificultades de caminar sobre los cinco años, cuando no podía salir al patio a correr con sus amigos o jugar a la pelota como lo haría normalmente. Quizás, a partir de ese momento, comenzaría a clamar a Dios por una sanidad. Como era de esperar, este ser humano, al no ver ese milagro cumplido, solo tenía la opción de seguir los mandatos del sistema: mendigar para vivir y ser un paria, sin oportunidades laborales o familiares que le ayudaran a disfrutar de la vida. Pero, Dios nunca se había olvidado de él, mucho menos de las oraciones que hacía diariamente a la puerta del Templo de Salomón, lugar donde lo llevaban para que mendigara.
“Al ser puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho.”
Hechos 4, 23
Oremos junto: Jesús de Nazaret, te has manifestado una y otra vez. Lo mejor es que nunca dejas de sorprendernos. Por favor Jesucristo, así como por medio de los apóstoles levantaste a un ser humano de una condición indigna, te clamo que observes y cumplas todos los clamores que hago delante de ti por cada uno de mis hijos, de mi pareja, de mi hogar y de cada uno de mis familiares, para que tengamos un encuentro personal e íntimo contigo y así, disfrutar de una vida digna, tal como tú deseas que tengamos guiados e instruidos por tu Espíritu Santo. Amén.
Hay una verdad, como teólogo, me podrás refutar todos mis cuestionamientos. Sin embargo, jamás se podrán negar los milagros que Dios ha hecho en mi vida: me ha restaurado mi matrimonio en un par de ocasiones o tres veces, mis hijos hoy están bien y sanos. Me sanó de un infarto al corazón. Me está sanando de la diabetes. Me ha sustentado económicamente en tiempos imposibles, he vivido la muerte como solución a los problemas de salud en personas que amo. Por eso, hoy y tal como lo hicieron los apóstoles, corro a vosotros para contar lo que ha ocurrido. Personalmente lo hago por medio de estos escritos, a través las oraciones diarias, por los tips teológicos, por los vídeos que hago, por las predicaciones en las iglesias y así, un larguísimo etc…
Solo espero que este mensaje cuestione nuestra manera de pensar y de qué cambiemos para que veamos manifestado el poder de Cristo en cada uno de nosotros por medio de su Espíritu Santo y de su Mente actuando en cada uno de nosotros.
Dios te bendiga. Recuerda de compartir este texto a todas las personas que más puedas.
MÁS DE 40 AÑOS
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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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